Lo que nadie te dijo de la infertilidad. La infertilidad masculina ¡existe!
Lo que nadie te dijo de la infertilidad. La infertilidad masculina ¡existe!
Vivimos en una sociedad donde aún sentimos culpa y vergüenza cuando se trata de abordar temas de infertilidad. En muchos países seguimos señalando a las mujeres como las principales responsables cuando una pareja no logra un embarazo. Sabemos que es incómodo. Si de por sí ya es incómodo para muchas parejas hablar de infertilidad, hablar de infertilidad masculina se vuelve un tema casi prohibido.
La infertilidad masculina existe y cada día crece la estadística por el simple hecho de reconocerse. Antes se consideraba que el factor femenino era el único importante en la incapacidad de lograr un embarazo; ahora sabemos que aproximadamente el 40% de los problemas de infertilidad en pareja son causados por una baja calidad del semen o problemas relacionados con el hombre, 40% causados por mujeres y un 20% por un “origen desconocido”.
De acuerdo a cifras del INEGI, en 2018 más de 2.6 millones de parejas en México enfrentaron problemas de fertilidad. Como puedes darte cuenta, la infertilidad es más común de lo que creemos. Lo importante aquí no es señalar “culpables”, sino normalizar el tema y tomar medidas que nos ayuden a lograr un embarazo.
Para entender la infertilidad masculina, empezaremos por mencionar las causas más comunes en los hombres:
- Clamidia o gonorrea no tratadas.
- Bajo recuento de espermatozoides.
- Baja movilidad de los espermatozoides.
- Semen espeso.
- Ausencia de espermatozoides en el semen.
En Kiromedic platicamos con Jorge, quien es paciente de la clínica, para que nos contara desde su experiencia cómo fue saber que tenía problemas de infertilidad y cómo lo superó.
“Teníamos casi 3 años intentando embarazarnos mi esposa y yo. Al principio creímos que mi esposa no se embarazaba porque había tomado pastillas anticonceptivas por muchos años, pensamos que su cuerpo simplemente se había acostumbrado y que después de un tiempo se desacostumbraría, pero no fue así. Llegamos a pensar que no lo intentábamos en los días correctos en donde ella estuviera ovulando más. En fin, pasaron miles de posibles causas por nuestra cabeza, que después de un tiempo nos dimos cuenta que eran simples mitos que habíamos encontrado en internet.
Yo fui criado en una familia donde el hombre es recio, el jefe de familia, proveedor, alguien que no habla de emociones ni sentimientos; así que yo estaba seguro que nuestros problemas de infertilidad no eran mi culpa. Después de 2 años de intentos fallidos decidimos acercarnos a una clínica de fertilidad. Cuando llegamos a la clínica, estaba listo para que nos dijeran lo que tenía que hacer mi esposa para que lográramos tener un bebé.
El Dr. Navarro, quien nos ayudó durante todo el proceso, nos explicó algunas de las posibles causas por las cuales teníamos problemas para formar una familia y nos pidió un par de análisis para detectar las causas reales. Mi sorpresa fue cuando en la lista de estudios nos pedía uno llamado “espermiograma”, obviamente yo no podía ser el culpable, estaba seguro que mis espermas no tenían ningún problema. Cuando nos dieron los resultados acudimos a la consulta y me enteré que en realidad el del “problema” era yo. Entiendan que fue un alivio de los dos porque mi esposa estaba bien para tener hijos pero de manera inmediata fue un balde de agua fría que ni entendía, casi casi pensaba que era el primer caso en el mundo donde el hombre era la causa de no poder tener familia. Mi cabeza estaba llena de prejuicios tontos y el doctor con mucha paciencia me explicó literal con peras y manzanas lo que tenía y la posible razón por la cual tenía ese resultado.
Pase unos días desenganchado conmigo mismo y cuestionando el ¿por qué?, ¿qué había hecho mal? y lo peor, ¿qué iba a pensar la gente y mi familia? Debo decir que mi esposa me ayudó a superar estos tabúes que nos han impuesto, la comunicación fue clave y el externarlo me ayudó a tomar el control de nuestra situación y aceptarla. Me di cuenta que esto no determinaba mi hombría y que valía más la pena intentar un tratamiento para que lográramos tener la familia que siempre habíamos querido.
Decidimos tomar el procedimiento de punción llamado ICSI (Microinyección intracitoplásmica). El útero de mi esposa estaba perfectamente para poder realizar dicho procedimiento, de verdad que para nosotros no había una circunstancia que nos impidiera ser padres; hoy tenemos la familia que queremos. Ver crecer a nuestro Gabrielito de 6 años me hace muy feliz. Hoy puedo decir que la información puede hacer la diferencia. Estoy muy agradecido con el Dr. Navarro y su equipo, que hicieron más fácil mi proceso.
La infertilidad masculina si existe y es muy normal. Es tiempo de quitar los tabúes que la sociedad ha impuesto y la mejor manera es hablando de los temas que nos resultan incómodos. Tal vez suene trillado pero no estás solo y no eres el único que está pasando por una situación así.
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